CADA VEZ QUE DECIMOS ADIÓS - DUELOS SEPARACIONES Y DESPEDIDAS
¿Qué nos pasa cuando decimos adiós? ¿Cómo nos enfrentamos a las despedidas? ¿Por qué nos cuestan tanto?
No es posible despedirse sin desear el bien. Decir adiós es encomendar a una fuerza divina "a Dios te encomiendo" o, en inglés,goodbye:God be with you ; entonces, implica o debería un deseo amoroso de que el otro esté protegido allí donde se encuentre en ese futuro donde uno no va a estar.
Despedirse no es el duelo, tampoco es separarse, aunque se relacione con estos procesos psíquicos. Y, de hecho, hay personas a las que les cuesta mucho y la despedida se les vuelve "un largo adiós" como el título de la novela de Raymond Chandler .
En las páginas deCada vez que decimos adiós. Duelos, separaciones y despedidas, Luciano Lutereau reflexiona sobre este acto fundamental del psiquismo y de los vínculos, y trata de dar una salida a todas estas cuestiones. Para no morirnos un poco con cada despedida, como cantaba Ella Fitzgerald, sino que podamos encontrar esa respuesta esperanzadora que nos regalaba Cerati: "Poder decir adiós es crecer".
Edad recomendada: Adultos.
LUTEREAU LUCIANO
Es psicoanalista, doctor en Filosofía y doctor en Psicología por la UBA, donde trabaja como docente e investigador. Dirige la revista de psicoanálisis y filosofía Verba Volant e integra el comité de redacción de prestigiosas publicaciones.