"Entré a trabajar en La Opinión una semana antes de la aparición de su primer número, en mayo de 1971, y me quedé hasta mediados del 74, cuando la atmósfera ya era irrespirable por la caza de brujas. El paso por ese diario fue, para mí, una suerte de laboratorio donde tracé los borradores de mi primera novela, Triste, solitario y final, y me acerqué al estilo despojado de la segunda, No habrá más pena ni olvido. Sin duda hay, en los textos aquí reunidos, señales que anticipan y acompañan aquellas novelas. A mí me permiten ver el camino recorrido desde que, una mañana de 1969, llegué de Tandil a una pensión de la Avenida de Mayo para trabajar en el periodismo de Buenos Aires." OSVALDO SORIANO La fiebre del oro en California, el hundimiento de Venecia, la estrategia de Laurel y Hardy para hacer reír o el último suspiro de Sonny Liston conviven en este libro con una serie de paradigmas y enigmas nacionales Gatica, Robledo Puch, Perón visto desde varios márgenes, Mario Soffici, Lucas Demare, los asesinatos de Rucci e Ingalinella y hasta el nacimiento del club San Lorenzo de Almagro y funcionan como un perfecto retrato climático de aquella Argentina convulsionada y palpitante de los primeros años 70, que Osvaldo Soriano supo ver y entender como ningún otro escritor de la época.
SORIANO OSVALDO
1943-1997 comenzó a trabajar en periodismo Primera Plana, Panorama, La Opinión a mediados de los años sesenta, y se dio a conocer como escritor en 1973 con su originalísima novela Triste, solitario y final. Si bien publicaría sus dos libros siguientes No habrá más penas ni olvido y Cuarteles de invierno durante su exilio en Europa, la aparición de ambos en la Argentina en 1982 lo convertirían in absentia en el autor vivo más leído del país. Su retorno con la democracia y su rol como alma mater del diario Página 12 reforzarían aun más este vínculo con los lectores: cuatro novelas más A sus plantas rendido un león, en 1986; Una sombra ya pronto serás, en 1990; El ojo de la patria, en 1992 y La hora sin sombra, en 1995 y cuatro volúmenes con sus mejores crónicas periodísticas Artistas, locos y criminales, en 1984; Rebeldes, soñadores y fugitivos, en 1988; Cuentos de los años felices, en 1993 y Piratas, fantasmas y dinosaurios, en 1996 habrían de transformarlo en un clásico contemporáneo de la literatura argentina. Sus libros han sido traducidos a dieciocho idiomas y adaptados con éxito a la pantalla cinematográfica.