El autor desde sus primeros apuntes, desarrollados para guiar las clases de Análisis Numérico dictadas en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, tuvo en cuenta que se dirigía a alumnos de distintas ingenierías. Enfatizó, desde entonces en los pasos a seguir para la resolución de un problema teniendo en cuenta la 'verificación' del resultado final más que el estudio extensivo de los distintos métodos existentes para atacar cierto tipo de los mismos. Desde siempre ha considerado que un Tecnólogo debe conocer los procesos que terminan con la creación de un dado producto, y por lo tanto es importante que sean capaces de aplicar los conceptos sobre los que se basan las técnicas, y sepan 'programar' los algoritmos elementales que se ven en la materia. Concluye que la inclusión del Análisis Numérico en las carreras de ingeniería adquiere sentido cuando comprende un estudio detallado de todos los errores existentes en la aproximación numérica, y formas prácticas de estimarlos. Aclara que no es razonable construir un algoritmo para aproximar un modelo matemático sin estudiar los errores que surgirán de su utilización, pues este estudio puede llegar a desaconsejar el uso de tal algoritmo.