Con esta recopilación, Anamaría Ponce, nos trae a la memoria palabras que creemos olvidadas, pero están allí para despertar en la primera estrofa. Si no las recordamos, podemos recurrir a los abuelos que seguramente evocarán la música, completarán el texto, a veces con distintas versiones porque no olviden que lo que va de boca en boca, está vivo y cambia permanentemente. Por eso, mantengamos viva la tradición mientras jugamos con los niños... Las rimas, las canciones y los juegos rimados son nuestros primeros recuerdos y un excelente camino para acercarnos al mundo de las palabras, a la socialización, al sentido rítmico y al desarrollo de habilidades musicales, corporales y expresivas.