A José Claudio Escribano se lo ve como si fuera La Nación personificada. Él habla del diario como si
hablara de sí mismo en tercera persona: "La Nación piensa que...", "Eso no es La Nación", "La
Nación no aprueba semejante punto de vista"... De eso trata esta biografía: del hombre que a los
veinticuatro años se convirtió en el jefe de la sección Política, del columnista de opinión de un
poderoso medio de comunicación en los años más dramáticos de la Argentina, el cuasi eterno jefe de
una redacción influyente y determinante, enfrentado con muchos, entre otros, con Néstor Kirchner.
Un relato del poder, del periodismo y de la historia argentina. "¿Cómo era esa Nación idealizada por
Escribano? Para sus lectores, fue durante mucho tiempo la última barricada de una clase social que
se sentía amenazada más por las insolencias del populismo peronista que por el avance del
comunismo. Era la defensa del orden establecido y la difusora de la gran cultura europea, pero
también la discreción, el tono contenido, la elegancia tanto para la alabanza como para la crítica, una
preferencia por la regularidad de las instituciones y un liberalismo en materia de costumbres y gustos
en la medida en que afectaran únicamente a los individuos. Para los detractores, en cambio, La
Nación era, con Escribano como ideólogo, la defensora de los golpes militares, la que ocultaba o
disimulaba los crímenes de la dictadura y el heraldo de las 'buenas familias', señalan los autores.
Durante dos años, Encarnación Ezcurra y Hugo Caligaris se reunieron todos los martes con Escribano.
Lo entrevistaron, leyeron sus cuadernos de notas, el borrador de una fallida autobiografía y
recorrieron sus recuerdos y sus secretos. Fascinante y revelador, este libro cuenta por primera vez la
historia de un periodista que siempre eligió el perfil bajo pero que nunca dejó de moverse a paso
seguro en los laberintos del poder.