10 CUENTOS ESENCIALES
Que Haroldo Conti no haya sido un cuentista prolífico lo sitúa fuera del rendimiento por cantidad que suele darles a algunos escritores una valoración fabril. Entre sus cuentos hay aire que corre, pausas prolongadas, espera. Son los intermezzos del "andar" para ver y detenerse para contar, momentos de recolección selectiva y acarreo de la literatura de la vida, y de la que su padre -viajante de comercio y cuentero- es la inspiración afectiva.
La distinción que establece Conti entre escribir una novela "es como una vida que tengo que vivir" y las facilidades comparativas del cuento, que se "pudre" si no se lo saca "maduro" en dos días, inclina el género breve hacia procedimientos espontáneos de ejecución posteriores a la condensación de la experiencia, es decir de la duración. Ese es el factor común de la potencia y el acto narrativo que Conti despliega en sus cuentos, y que no se viven como las novelas en el sentido de estar viviendo lo que se escribe sino que ya están hechos en el sentido de ya vividos. En esa percepción íntima de los géneros, las novelas son productos de la actualidad mientras que los cuentos pertenecen al pasado.
Para esta antología -formato que le debe más a la cultura de la mutilación que a la de la curaduría artística- se han seleccionado diez cuentos: "Marcado", "Ad Astra", "La causa", "Cinegética", "El último", "La espera", "La balada del álamo carolina", "Mi madre andaba en la luz", "Perfumada noche" y "Bibliográfica".
Edad recomendada: Adultos.
CONTI HAROLDO
Nació en 1925 en Chacabuco, provincia de Buenos Aires. Fue maestro de escuela primaria, profesor de latín, empleado bancario, piloto civil, nadador, navegante y guionista de cine. Se graduó en filosofía. En 1956 publica la pieza de teatro Examinado. Cuatro años más tarde recibe un premio de la revista Life por su relato "La causa". En 1962 gana el premio Fabril con su primera novela, Sudeste, y se convierte en una de las figuras de la llamada "generación de Contorno". Publica después las novelas Alrededor de la jaula Premio Universidad de Veracruz y En vida Premio Barral, cuyo jurado integraban Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez y los libros de cuentos Todos los veranos Premio Municipal , Con otra gente y La balada del álamo carolina. Colabora con la revista Crisis. En 1975 publica Mascaró, el cazador americano, que merece el premio Casa de las Américas. El 4 de mayo de 1976, tras el golpe militar, fue secuestrado y desaparecido.